Fueron los Reyes Católicos los que 9 años después del descubrimiento de América, crean en Sevilla la Casa de la Contratación, que es un organismo rector del comercio peninsular con las islas del nuevo continente, pues a partir de ese momento gestiona todo el comercio de exportación e importación con América, que estaba centralizado en Sevilla.
Se eligió a Sevilla como sede por haber designado al puerto de Guadalquivir como único punto para las mutuas transacciones entre la Península y las Indias, al estar en el centro neurálgico de la región andaluza, y ser un puerto interior resguardado de posibles ataques de piratas berberiscos, entre otras razones.
Por la Casa de la Contratación debían pasar todas las personas y mercancías que entraban o salían de Sevilla. con este objetivo funcionó desde su creación hasta el año 1717, cuando los problemas de navegación en el Guadalquivir hicieron que la institución se trasladase a Cádiz.
Entrando por la plaza de la Contratación en la Delegación del Gobierno, se accede por el lado oeste a un patio con planta rectangular de 38 x 22 metros cuadrados, el mejor patio almohade de Sevilla, y uno de los mejores de España. Su configuración actual es el resultado de su historia, no presentando capas superpuestas de los diferentes periodos, sino combinando los diferentes elementos arquitectónicos al mismo nivel.
Gran parte de la arquitectura actual del patio fue rehabilitada a partir de los años sesenta del siglo pasado mediante la anastilosis (partiendo de alguna de sus partes).
Dentro de su estilo musulmán, la decoración se consideraba pobre puesto que las construcciones de los almohades se caracterizan por ser simples y austeras, en donde se utilizaba ladrillo, yeso, argamasa y madera. Los lados norte y sur del patio tienen ambos pórticos reconstruidos que daban acceso originalmente a salones alargados. El lado este del patio es uno de los laterales de los Alcázares de Sevilla, edificio con el cual la actual delegación comparte parte de sus límites. El lado oeste del patio ha correspondido siempre con el acceso al mismo y es de nueva construcción.
el actual edificio de la plaza de la contratación consta de cuatro plantas, coronado por una cubierta de tejas con dos torretas centrales de base cuadrada y cubierta de tejas a cuatro aguas. El edificio en su patio central tiene una balconada de madera en el lado oeste de su primera planta, y en la totalidad de la segunda.
El jardín actual tiene una configuración tipo crucero, con un andén perimetral y dos andenes que se cruzan en el centro. Entre los cuatro brazos de éstos se disponen albercas rectangulares comunicadas entre sí y con la alberca central, de forma circular y provista de una fuente.
El pórtico principal en la cara norte tiene dos rampas de acceso a los parterres, que permite el paseo a nivel de las copas de los árboles frutales que hay en éstos. Los muros de todas las albercas estaban pintados con diversos motivos geométricos y vegetales, en la actualidad se pueden observar parte de estas pinturas que quedaron en su lugar original. En el pórtico sur se conservan otras pinturas que fueron extraídas de los parterres para garantizar su conservación.
en los cuarteles rehundidos se hallaban los arriates del jardín, delimitados por unos muros articulados mediante arquillos ciegos en los que se pintaron puertas de madera a modo de trampantojo.
Actualmente los parterres están ocupados por naranjos y palmeras.
El patio de crucero alberga más de mil años de historia, teniendo sus orígenes en el Siglo XI como parte del palacio abbadi, siendo modificado en el Siglo XII por los almohades.
Posteriormente sufrió una reforma por Pedro I en una época cristiana por su uso como salón real, y en la época renacentista el patio formó parte de la Casa de la Contratación creada por los Reyes Católicos.
Tras el traslado de la Casa de Contratación a Cádiz, el edificio volvió a depender de Alcázar que lo destinó a residencia de personajes ilustres durante su estancia en la ciudad. Poco a poco las estancias fueron cayendo en desuso siendo abandonadas y llegando a su deterioro a extremos elevados.
Por ello, en los años sesenta del siglo XX el edificio original fue derribado y en su lugar se construyó con posterioridad el edificio actual como sede administrativa.
El arquitecto Rafael Manzano rescató lo que pudo del patio y por medio de anastilosis volvió a levantar el patio tal y como debía de ser en tiempos de Pedro I, en el siglo XIV.
El Jardín de Crucero fue excavado y restaurado en los años ochenta, culminando las obras con motivo de la Exposición Universal de 1992.
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